El puente se inauguró en el año 1761. En 1810, apenas medio siglo después de entrar en funcionamiento, perdió dos de sus arcos, como consecuencia de un intento de voladura llevado a cabo en plena Guerra de la Independencia (1808-1814).
Pero no fueron las tropas francesas las artífices de este ataque, sino las inglesas, que habían desembarcado en la península para ayudar pretendidamente a los españoles.
Tras una serie de arreglos de carácter provisional, pudo ser reparado con materiales pétreos en 1828, gracias a la intervención del arquitecto José Cortines y Espinosa.
Los destrozos no terminaron ahí. Durante la Guerra Civil (1936-1939) quedaron destruidos cuatro ojos, que fueron rehabilitados al término de la contienda, entre 1939 y 1940, por José Martínez Youne.
Su longitud, aproximadamente 500 metros de una embocadura a otra.
Está formado por veinticinco tramos, todos perfectamente iguales, que se apoyan sobre otros tantos arcos de medio punto, con una altura máxima de 11 metros. Su fábrica es de sillería de piedra de caliza, procedente de las canteras de Colmnenar de Oreja.
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