Los primeros pobladores
No es de extrañar que Titulcia-Bayona se convirtiera desde hace muchos siglos en lugar preferido por diferentes culturas para su asentamiento. El hecho de estar enclavado en la conjunción de dos
ríos tan generosos como el Tajuña y el Jarama fue determinante. En el siglo IV a.C. los carpetanos se instalaron aquí. Fueron un pueblo celtíbero de la Hispania prerromana.
La escolástica tradicional considera a los carpetanos, como a todos los demás celtas, pueblo de origen indoeuropeo. No obstante, los carpetanos tenían una serie de rasgos culturales que hacen
pensar que debieron fusionarse con la población indígena ya asentada en la zona. Efectivamente se dedicaban a la pesca y caza e inhumaban a sus muertos en cuevas y megalitos.
De hecho en Titulcia se han encontrado importantes restos de culturas incluso prehistóricas cuyo medio de vida eran la caza con lazo, la ganadería y otras más. Es muy probable que esta cultura se
fusionara con la carpetana. Los asentamientos carpetanos se caracterizan por las casas de planta rectangular y paredes de adobe y piedra que se disponían en torno a una plaza central.
Titulcia se convirtió en un importante centro cultural y comercial que contribuyó a su desarrollo y prosperidad. Al parecer esta situación se mantuvo durante mucho tiempo y, tras la conquista
romana, se convirtió en un destacado centro dentro de la actividad comercial que iba desde Emérita Augusta a Caesar Augusta. Y si estas dos cualidades fueron ampliamente desarrolladas fue, sin
duda alguna, debido a su posición defensiva y su carácter militar. Con echar un vistazo a su emplazamiento nos damos cuenta de su posición privilegiada desde el punto de vista de la defensa
militar. Encaramada a un cerro desde donde podía divisarse al enemigo desde una gran distancia y rodeada de ríos y extensos campos. A esta forma de construcción defensiva se la conoce como
oppidum.
Hay que recordar que los carpetanos fueron de los pueblos que más combatieron la ocupación romana. En el año 187a.C. las legiones romanas sufrieron una de las derrotas más cruentas de su historia
a manos de los guerreros carpetanos. Al finalizar la batalla más de 5.000 soldados romanos perdieron la vida y el grueso del ejército quedó completamente deshecho.
Cuando Aníbal regresa, en el año 200 a.c., de la meseta septentrional para dirigirse al río Tajo utilizó el camino que ya entonces unía Segovia con Titulcia.
En el siglo II d.C., Ptolomeo, el historiador y geógrafo de Alejandría, hablaba de la existencia de 18 ciudades (polis) en territorio carpetano. Ni que decir tiene que Titulcia está en esta
lista.
La conquista romana
La conquista de la península ibérica por los romanos se corresponde cronológicamente con el periodo intermedio de la República. En el año 27 a.C. el emperador Augusto configuró una división
tripartita de la Hispania en las provincias Terraconenses, la Bética y la Lusitania, clasificándolas de Senatoriales o Imperiales según requerían o no la presencia del ejército para la
salvaguarda de la paz. Titulcia fue Imperial hasta la época de Diocleciano.
Titulcia fue una importante ciudad durante los primeros tiempos de la conquista, conservando un bello trazado, que bien podía remontarse a la época prerromana. Al parecer corresponde a un
grupo de ciudades que fueron primeramente destruidas y posteriormente respetadas. Con el tiempo se fue latinizando y adoptando una configuración romana que gozaba del privilegio de estar exenta
de tributos ( civita inmunis) No deja de ser curioso que con el tiempo Titulcia pasase a ser una importante fortaleza romana.
Con la llegada de Diocleciano muchas cosas cambian en Titulcia. Se hace más compleja la administración y las provincias se agrupan en diócesis. Sin embargo, lo más destacable de esta época es la
persecución brutal del cristianismo llevada a cabo por Diocleciano. Conviene recordar que mandó asesinar a los santos niños Justo y Pastor por desobedecer un decreto ley leído por un pregonero.
Por aquellas fechas, año 308 d.C., en la Titulcia carpetana nace un monasterio cristiano cuya ubicación no está del todo clara.
Visigodos y Árabes
La Iglesia Hispana, y por tanto la de Titulcia, quedó organizada por Teodosio en los años 392-5. En el siglo siguiente la Península entraría en la era de la invasión bárbara con el Rey Ataulfo.
De este periodo tan sólo nos quedan unas pocas monedas, algún anillo y algunos restos de enterramientos.
Las luchas dinásticas favorecieron la caída del poder visigodo y la llegada de los árabes tras su victoria en la célebre batalla del Guadalete en el año 711. Los restos de esta época también son
escasos desgraciadamente. Fueron ellos los que nivelaron los terrenos y crearon las acequias desarrollando un verdadero vergel.
Nuestros Reyes
Tras una laguna en el tiempo Titulcia reaparece en el año 1085 en que es conquistada por el rey Alfonso VI que ordenó repoblarla en el mismo lugar que estuvo enclavada en la Titulcia Romana. Tras
la toma del castillo de Aurelia (Colmenar de Oreja) en 1137, Titulcia queda bajo la jurisdicción del Concejo de Segovia, en el Sexmo de Valdemoro, como agradecimiento del Rey Alfonso VII por la
ayuda recibida de los segovianos en la lucha contra los árabes.
Los reyes Católicos separaron Titulcia, Ciempozuelos y San Martín de la Vega, del Sexmo de Valdemoro, en 1480 y se lo donaron a los Marqueses de Moya, en reconocimiento al apoyo militar prestado
a favor de Isabel en la lucha por el trono de Castilla.
En el año 1520 Titulcia se pone al lado de los Comuneros: Padilla, Bravo y Maldonado. Cuando finalmente estos fueron derrotados Titulcia hubo de pagar caro su apoyo. Una sanción de 30.000
maravedíes fueron pagados para ayudar a subvencionar los daños causados al castillo de Chinchón.
En el año 1706 , el rey Felipe V otorga a Titulcia el título de "Villa de Señorío" y la cede al Marqués de Torremocha.
En 1814 Titulcia recupera su antiguo nombre, ya que desde el siglo XII se la conocía como Bayona del Tajuña . Tras la salida de los franceses de Titulcia, el Conde de Torremocha recopiló la
documentación que demostraba que el verdadero nombre era el romano de Titulcia, ciudad creada en honor a Tito Livio. Fernando VII se encargó de conceder esta prerrogativa.
Por entonces, al mismo tiempo que se restaura y amplía el Palacio Real, se construye sobre el Jarama un puente espectacular conocido como "el puente largo". Cuando se plantea la construcción del
puente Aranjuez no dispone de los terrenos necesarios y Titulcia se ofrece a ceder los suyos por un periodo de 100 años a cambio de la construcción de un puente de piedra más sobre el río
Tajuña. Así se hizo y en la actualidad Titulcia todavía no ha recuperado los terrenos cedidos. De nuevo Titulcia cayó en el olvido.
El Puente Largo desvió el otrora intenso tráfico por la nueva ruta y los reyes ya no necesitaron pasar por Titulcia. De esta manera los siglos XVIII y XIX pasan sin pena ni gloria por el pueblo.
A excepción de la construcción, que en 1898 presencia la construcción de un puente metálico a pocos metros del centro del pueblo. Es una obra de ingeniería magnífica que algunos atribuyen a un
alumno de Eiffel. Si no es así al menos sí que se corresponde con el estilo del célebre constructor de la torre del mismo nombre.
En el siglo XX no supuso grandes cambios. Lo más importante fue el estallido de la Guerra Civil en la que se libró la conocida batalla del Jarama de 1937 en la que Titulcia quedó totalmente arrasada. Los pocos vecinos que sobrevivieron se trasladaron a las cuevas de El Cerrón, del pueblo tan solo quedaron en pie los molinos de arriba y abajo. En el año 1940 comenzó la reconstrucción de Titulcia y el desarrollo urbanístico que dura hasta la actualidad.